Salvo que ya lleves muchos años en Reino Unido y no tengas la intención de volver, la mayoría de vosotros estáis o vais a estar viviendo de alquiler. En realidad este post incluso en parte se puede aplicar a situaciones de España, pero vamos a centrarnos en lo que ocurre específicamente en Reino Unido. Hoy nos vamos a referir a aquellos problemas que puedan surgir con el casero o la agencia a la hora de vivir en alquiler.
Hay dos vías principales de vivir en alquiler: agencia de alquiler y casero particular. Los primeros se dedican a gestionar las casas vacías de particulares o, incluso, de su propiedad. Los segundos son propietarios de un pequeño número de viviendas que gestionan directamente ellos. No es que uno sea mejor que otro, ni mucho menos. Pero cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes.
Si decidimos el alquilar una casa mediante una agencia, tenemos la ventaja que se ajustan a rajatabla al contrato firmado. Eso significa, por el lado bueno, que (salvo que no pagues o causes destrozos) se va a cumplir tu contrato (que suele ser de un mínimo de 6 meses), que van a reparar los daños propios del uso o que no te van a subir el alquiler de un mes para otro. Como puntos negativos es que no se puede negociar con ellos nada que previamente no esté reflejado en el contrato como el pago con la fianza (cuando vallamos a dejar la vivienda pagar con la fianza depositada) o pueden negarse a renovar el contrato si ven que tienen mucha oferta por esa vivienda.
Los caseros particulares son más flexibles a la hora de modificar el contrato para adaptarlo a tus necesidades, como por ejemplo acortar el periodo mínimo de alquiler un mes o dos, o prorrogarlo si tú encuentras inquilino para la vivienda o habitación que dejas. Como punto negativo es que te puedes encontrar de todo, desde que te piden más dinero al mes de entrar hasta que tardan en repararte un grifo que gotea tres semanas.
En ambos casos suelen pedir recomendaciones de propietarios de las viviendas en las que hayas vivido antes, y si no las tienes o no las puedes dar te pedirán más dinero por la fianza, que, por otra parte, suele ser de un mes de alquiler (dos si no tienes referencias).
Problemas:
Devolución del depósito. Es seguramente el tema que más nos preocupa porque, en general, es mucho dinero que dejamos de ver durante mucho tiempo. Si puedes negociar con el casero (ya sea particular o agencia) que el último mes de estancia se pague con esa cantidad mucho mejor. Esto es más fácil si tienes referencias o si llevas mucho tiempo en la vivienda y no has dado problemas al casero.
Lo legal es que el casero deposite la cantidad de la fianza en una figura que se llama Tenancy Deposit Scheme, y el casero, como prueba te de el Tenancy Deposit Certificate Code. Es una agencia estatal con gestión local que se encarga de garantizar el depósito (tanto para su reintegro al inquilino al finalizar el contrato como para el casero a la hora de cumplir la ley). Una agencia de alquiler lo va a hacer casi siempre, por no decir que siempre. Un casero debería hacerlo, y lo suelen hacer, pero siempre hay listillos, por lo que antes de la firma del contrato es bueno aclarar que vas a solicitar el Tenancy Deposit Certificate Code.
Reparaciones. Por ley, los caseros solo están obligados a reparar la estructura y el exterior de la vivienda, es decir techo, paredes, ventanas…, las bañeras, lavabos, inodoros, tuberías y desagües, la calefacción y agua caliente (que incluye la caldera), los aparatos de gas, tuberías y ventilación, el sistema eléctrico y cableado y los daños causados por reparaciones aprobados por el propietario, si se repara sin el consentimiento explícito del casero, tú correrás con los gastos.
Como veis, aquí no se incluye ni electrodomésticos, ni muebles, ni ajuar. Es importante por tanto ver que pone en el contrato. Lo normal es que ponga una relación de lo que hay en la vivienda (lavadora, secadora, camas, sillas…) y se especifique qué pasa si se rompen, quién es el que tiene que hacer frente con la reparación o sustitución. Por lo general cosas de desgaste como lavadoras o camas se suele hacer cargo el propietario y del resto de desperfectos, en los muebles o el ajuar, el inquilino.
Acceso del propietario. Como es obvio, durante el tiempo de uso de la vivienda el propietario, o una persona manda por él (operarios para reparar algo), no puede entrar en la misma sin el consentimiento de alguno de los inquilinos, con independencia que se encuentre alguien o no en la vivienda (aunque la vivienda este vacía en ese momento, el propietario no tiene ningún derecho a entrar).
Esta cuestión es un poco peliaguda, puesto que es muy difícil probar que efectivamente ha entrado y que no había consentimiento. Por eso lo mejor que puedes hacer es cambiar la cerradura nada más entrar en la vivienda o colocar una en tu habitación, si es un piso compartido. Por supuesto respetando el modelo anterior para así no causar desperfectos en las puertas. Si el propietario te dice algo en algún momento de que no le funciona la llave, ya sabes que ha intentado entrar y será mejor que vuelvas a buscar otra cosa.
Venganza al final del contrato. En el supuesto que hayas tenido muchos problemas con el casero seguro que al final del contrato seguro que se te pasa por la cabeza destrozar el piso, rasgar la moqueta, los colchones, atrancar el fregadero y esas cosas. Lo mejor, por supuesto, es que no lo hagas, ya que él te puede dar una recomendación que te puede venir bien para un futuro alquiler. Si esa recomendación se la sacas por carta escrita pues mejor que mejor, puesto que así tendrás una prueba de esa recomendación y no estarás pendiente de lo que le pueda decir en una llamada telefónica a tu futuro casero.
Esperemos que con esta pequeña guía te hayamos ayudado no solo a encontrar la casa perfecta, sino al casero perfecto.
En el caso que tengas problemas con el casero o con la agencia puedes pedir ayuda al Citizen Advisor Bureau y a la England Shelter Association, ellos os asesorarán en todos los temas legales en el caso de que el problema vaya a mayores.