Este lunes ha comenzado una nueva edición de Wimbledon, torneo que se disputa cada año desde 1877, con excepción del período de las Guerras Mundiales. La competición dura dos semanas y se disputa siempre entre los meses de junio y julio.
Es la competición de tenis más importante del mundo. Aunque es uno de los cuatro Grand Slams –junto al Open de Australia, Roland Garros y el Abierto de Estados Unidos- por tradición y peso histórico es, sin duda, el más importante de los cuatro.
El torneo se disputa en el Old England Tennis Club, situado al sur de la ciudad, en el Borough de Merton, entre los barrios de Wimbledon y Southfields. De hecho, la parada de metro más cercana es ésta última, situada en la District Line.
Un día en Wimbledon
¿Quieres disfrutar de un día de tenis? Cualquiera puede pasar un día disfrutando del mejor tenis del mundo a un precio asequible, eso sí, te tienes que armar de una buena dosis de paciencia. A no ser que seas de los afortunados que tienen una entrada para el torneo –son muy caras y difíciles de conseguir con antelación- prepárate para hacer cola, mucha cola.
Para conseguir entrar al torneo –en especial en la primera semana de competición donde hay más partidos en juego- conviene llegar temprano, a eso de las 7 de la mañana. Todo está perfectamente organizado, muy al estilo inglés. Según llegas a la explanada habilitada para la cola (“The Queue” es hasta famoso como uno de los ritos para acceder al evento), te darán un número y una sección y pacientemente tendrás que hacer cola. La gente va muy preparada, con esterilla, periódico, todo tipo de bebidas y comida para hacer un picnic a primera hora del día. “The Queue” forma parte de la propia tradición de Wimbledon, así que aprovéchala y haz un picnic de desayuno.
Después de 3 o 4 horas de cola llega el momento de entrar. Es bueno advertir que no está permitido entrar con banderas, pero sí con alcohol y comida –un rara avis en los eventos deportivos-. Permiten entrar hasta una botella de vino por cabeza y dos latas de cerveza así como toda la comida que se quiera.
En Wimbledon hay tres estadios principales y numerosas pistas aledañas, más pequeñas. La entrada general para todas las pistas de fuera cuesta alrededor de 20£. En estas pistas no verás a los tenistas más importantes –dígase Nadal, Djokovic, Federer, Murray o Ferrer-, pero aún podrás disfrutar de partidos de jugadores con menos ranking como Feliciano López o Fernando Verdasco. La entrada no te da derecho a asiento, así pues también tienes que hacer cola para entrar a cada una de las pistas o esperar a que se quede algún sitio vacío.
Después del mediodía, el complejo se va vaciando y los espectadores que tenían entrada para algunos de sus estadios pero que deciden abandonar las instalaciones dejan su entrada para que sea revendida con fines benéficos. Después, la propia organización revende esas entradas. De esta forma, por poco dinero podemos acceder a uno de los estadios principales y disfrutar de los últimos partidos de la tarde donde quizá jueguen alguno de los mejores jugadores del mundo.
Si no has tenido suerte en conseguir una de esas entradas, siempre puedes disfrutar de esos partidos por las pantallas gigantes que hay habilitadas en el complejo sentado en el césped y comiéndote unas tradicionales fresas con nata. Así también se disfruta del glamour de Wimbledon.