Llevaba bastante tiempo deseando visitar Clivenden House, una antigua mansión con unos jardines espectaculares a las orillas del Támesis. Aunque hoy en día la mansión es un hotel de lujo, por ella han pasado personajes de la elite política e intelectual: Chaplin, Churchill, Gandhi, Obama e incluso miembros de la casa real británica.
En sus 152 hectáreas de bosques encontrarás un laberinto, rosaledas, esculturas, una zona de juegos y mucho más que os permitirá disfrutar del día al máximo. A nosotros no nos dio tiempo a visitarlo todo en un día, y estamos deseando volver para explorar mucho más.
Si queréis otras ideas para hacer excursiones cerca de Londres, en este artículo recopilamos algunas de las mejores opciones.
Cómo llegar a Cliveden Estate
Dirección: Cliveden Road, Taplow, Maidenhead, Buckinghamshire, SL1 8NS
La mejor forma para llegar a Cliveden House es en coche. El parking está incluido en el precio de la entrada. El aparcamiento principal para visitantes se encuentra en el Walled Garden, en la parte superior de la finca. El Woodland Car Park se encuentra en el otro extremo de la finca, en el bosque.
Si no conducís, podéis coger un tren hasta Taplow o Burnham y luego coger un taxi, pero no hay transporte público hasta la finca.
Precios
Si eres miembro del National Trust la entrada es gratuita. Los menores de 5 años no pagan entrada.
- Adulto: £19.00
- Menor de 18 años: £9.50
Horarios (Verano)
La finca y el bosque abre de 09:30 a 17:30. Las tiendas y cafés abren y cierran de 10 a 17. La última entrada al parking es a las 4:30.
Más información en la web de National Trust, Cliveden
Nuestra visita a Cliveden
Cliveden tiene algo que ofrecer para todos, incluidas las familias con niños pequeños. Empezamos nuestra visita recorriendo su famoso laberinto, ¡diversión asegurada! El laberinto tiene más de 500 metros de caminos que serpentean entre setos de dos metros de altura. Llegar hasta el centro es todo un reto, que tanto pequeños como grandes disfrutan.
Nuestra siguiente parada fue el Water Garden (el jardín acuático). Aunque una parte está de obras, aun así pudimos disfrutar de su belleza. Nos encantó cruzar a la pagoda saltando de piedra en piedra. Nos sentamos un ratito cerca de la orilla para ver varios peces y patos.
Continuamos nuestro paseo hasta la zona de juegos, Story book Play Den. Quizá sea la parte que menos nos gustó, ya que no cuenta con muchas estructuras y las que hay están pensadas para niños muy pequeños.
Al estar la zona de juegos al lado de una de las cafeterías y baños decidimos hacer nuestro picnic ahí. La finca dispone de varias zonas de picnic, un café donde hay comida caliente, y varios kioskos donde comprar bebidas, helados, etc.
Decidimos ir al Long Garden, donde disfrutamos de la colección de estatuas y sus maravillosas plantas y flores. Al otro lado de este jardín se ubica el Blenheim Pavilion.
Nos dirigimos al Rose Garden que, con alrededor de 850 rosas (incluidos arbustos, floribundas y trepadoras), el jardín ofrece una maravillosa variedad de colores desde junio hasta los meses de otoño. Como fuimos a principios de junio las rosas todavía no estaban en todo su esplendor.
Y llegamos a las inmediaciones de la casa. Hoy en día es un hotel de lujo, aunque hay partes de la mansión que se pueden visitar con guía y en días específicos. Desde la terraza disfrutamos de las increíbles vistas.
Descendimos al Parterre, donde contemplamos más de 12,000 flores: tulipanes, jacintos, begonias, geranios… Y nos sentamos a descansar y coger fuerzas para nuestra siguiente parada.
Bajamos los 172 escalones del Yew Tree Walk hasta el río Támesis. Ahí se pueden alquilar barcas con las que adentrarse por el paisaje bucólico del río hasta el pueblo de Eton, célebre por su prestigioso colegio privado.
Decidimos volver para adentrarnos un rato por el bosque. Nos divertimos subiendo a árboles y viendo a las ardillas o pájaros en los árboles. Y sin querer llegamos al Round Fruit Garden. Los manzanos que crecen alrededor de las estructuras arqueadas del jardín están repletos de frutas en otoño. Merece la pena pasear por los “túneles” defruta.
Empezaba a hacerse “tarde” (recordar que la mayoría de los sitios de la finca cierran a las 5 de la tarde) así que decidimos volver hacia el parking. Ahí nos dio tiempo a visitar la tienda de plantas y la tienda de libros de segunda mano.
Tristemente llegó la hora de marcharse, pero nos volvimos con muy buena sensación y muchas ganas de volver.
¿Qué os ha parecido Cliveden House? ¿Os animáis a visitarla?
Si queréis más información en los destacados de Instagram tenéis algunas fotos más.