Si te preguntas qué ver en Londres que no sean los típicos sitios turísticos, debes saber que en Londres hay muchas joyas desconocidas, y una de mis favoritas es Wilton’s Music Hall.
No voy a mentir, mi pasión por este rinconcito de Londres tiene mucho que ver con motivos personales, pero estoy segura que es uno de esos sitios mágicos que te enamoran sin saber realmente por qué. Quizá sea ese aire decrépito, su aspecto áspero o su fuerte carácter.
Situado a 10 minutos andando de las paradas de Tower Hill y de East Aldgate, Wilton’s tiene la capacidad de transportarte a otra época como lo tienen pocos sitios. Su historia comienza a mitad del siglo XVIII como una ale house o cantina, aunque no se convertiría en lugar de espectáculos hasta 1839 cuando se construyó una pequeña sala de conciertos. Poco queda de ese primer boceto.
Su nombre (y quizá fama) se la debe a John Wilton, quien en 1850 compró el negocio y erigió el primer auditorio. Fue una época de esplendor para la sala, a la que Wilton llamó “Magnificent New Music Hall”. Para mi, todavía hoy es magnífico.
Su auditorio es pequeño, pero a la vez impresionante. Su techo abovedado, su escenario enmarcado por un arco, su balcón rodeando la sala, sus columnas salomónicas, sus molduras a medio caer y sus pinturas descascaradas lo hace único. Parece completamente abandonado, como si fueras tu quien acabara de descubrir este pequeño secreto londinense.
Y sin embargo, no es así. La sala ha pasado de mano en mano. Quien más tiempo la tuvo fue la Misión Metodista del Este de Londres que, en 1889, compró el lugar y lo renombró como The Mahogany Bar Mission.
En los 70 años que la misión permaneció abierta, ésta ayudó a las familias más pobres de la zona y realizó numerosas campañas contra los abusos sociales. Una de sus labores más importantes fue dar refugio durante el Blitz, los famosos bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Pero Wilton’s tiene un fuerte carácter y es duro como pocos, por lo que consiguió sobrevivir la guerra. La zona, eso sí, quedó completamente destrozada y muchas personas la abandonaron, con lo que la Misión cerró sus puertas a mediados de la década de los 50. El Council desarrolló entonces un plan para demoler y reconstruir la zona, por lo que parecía que iba a llegar su final.
No fue así. Una campaña liderada por John Earl evitaría que demolieran el Music Hall y el edificio entraría a formar parte del patrimonio nacional (Listed II Building). Con todo, Wilton’s no lo tuvo fácil para seguir en pié y ha requerido muchas reformas y fondos para mantenerlo y restaurarlo.
¿Por qué os hemos contado todo esto? Porque cada capítulo de esta historia se refleja en su carácter y su estilo. Actualmente no sólo es una sala de actuaciones o un bar, es un pedacito de historia escondido en un callejón.
En sus paredes cuelgan carteles de las obras que tuvieron lugar, de las películas que lo han usado como escenario, de fotografías y objetos que relatan los numerosos cambios, no sólo de la sala, sino de todo un área. Wilton’s es una parte indiscutible del East End. Tanto es así que los viernes por la mañana realizan tours guiados por el barrio.
Wilton’s Music Hall es un lugar fascinante para explorar. Es un pequeño laberinto de medios niveles, escaleras a ninguna parte, estructuras a medio terminar. Por 6 libras puedes conocer a fondo el lugar, gracias a los tours guiados que se realizan los lunes.
También es un lugar increíble con el que sorprender a alguien. Tomarse un cóctel o un café en una de sus salas es transportarse a otra época mientras se disfruta de buena compañía.
Pero sobre todo os recomendamos que vayáis a ver un espectáculo musical o teatral, que es cuando la sala muestra su mayor resplandor. Te sentirás en otra época. En definitiva, no dudes en pasarte por Wilton’s Music Hall si estás de visita en Londres, es uno de esos sitios imprescindibles para conocer el Londres más desconocido.
Wilton’s Music Hall: 1 Graces Alley, E1 8JB, Londres